domingo, 26 de mayo de 2013

Llakikuni Llahta (Tristeza de un Pueblo)


   Hoy es veintinueve de agosto, ya casi todos están aquí. Vienen desde Trujillo,
Lima, Otuzco, hasta vienen desde el otro lado del mar. Ellos que vienen oliendo a
ropas nuevas, zapatos de cuero con hebilla, bañados en finos perfumes, con
extravagantes peinados y no sólo ellos se acercan, bajan los vecinos de otros
pueblos. Aquellos que bajan montados en sus mulas o sus burros, con sus alforjas
llenas de trigo o alfalfa para sus animales, mascando coca, con sus dientes verdes o
casi negros, los ojitos cansados, la piel cetrina, sus niños panzoncitos y tristes, casi
avergonzados de ver a tanta gente extraña. Pero así como unos vienen en burros,
otros lo hacen en camionetas 4x4, hablando idiomas diferentes, acentos extraños.
Yo les miro. Les oigo. Les doy la bienvenida.
Hay gente tan extraña y diferente, sólo han venido para la fiesta. Es veintinueve y
hay mucha gente. La plaza está llena de gente, las cabezas se agrupan y van
caminando por las callecitas en diferentes sentidos, unas cabezas con sombreros,
otras con gorros coloridos, las mujeres con esas trenzas largas y bien cuidadas y
algunas, con gafas de sol sujetándole el pelo liso, a modo de diadema. Las cabezas
caminan, se apartan unas de otras, se miran por segundos y luego una tira por la
izquierda y otra por la derecha. Así van formando hileras o caminitos de hormigas,
así están llenas las calles. Nadie sabe a dónde van. El sol en lo alto calienta. Las
nubes como algodones blancos ocultan el sol por segundos y algunas cabezas de
allí abajo lo agradecen. Las casas todas adornadas con banderas, serpentinas, picapica,
algunos bares improvisados albergan a individuos que seguro no llegarán
para la noche. Nadie de estos borrachos verán los cohetes, los castillos quemarse,
las vacas locas alborotar a la gente, nadie bailará con la mujer que quiere. Con
aquella chinita que le remuerde el corazón, con la zambita de caderas cimbreantes,
con la vecina de enfrente. Algunas cabezas van, otras vienen. La iglesia vomita poco
a poco muchas cabezas, la gente entra con cirios a rezarle a la virgen, a Santa
Rosita de Lima, y sale sin nada o con estampitas en las manos. Es mediodía y el sol
pega fuerte.
Al fondo se oye música, desde aquí sólo se ven hormiguitas moverse de un lado
para el otro. Este año, el premio es una vaca, flaca, pero da igual. Competirán por
ser el mejor. El campo de fútbol se llena de gente, algunos se agolpan para ganar el
mejor sitio, los vecinos de siempre, se suben a los techos de sus casas. Desde allí, el
fútbol se verá mejor, pero yo veo sus cabezas, blancas, calvas, llenas seguro de
pensamientos. Veo las casas, con sus techos de calaminas cómo brillan al sol, veo
sus casas con sus patios enormes y sus jardines con flores, veo sus corrales llenos
de gallinas y gallos de pelea. El sol desde aquí arriba sigue brillando y no parará de
hacerlo hasta muy tarde. Así son todos los días aquí.
Una sola carretera une a todas las casas. Los del bando de la izquierda y los de la
derecha, los de allá y los de acá, los que tienen la Iglesia y los que tienen el Campo
de Fútbol. Aquella carretera pedregosa que se pierde hasta ese otro pueblo, arriba,
más arriba, donde no llego a distinguir nada. Ya es de noche y la banda de música
ha llegado, estos son de Trujillo. Las trompetas, las tarolas, los platillos, el bombo,
los clarinetes y el trombón, van dejando su música por la orilla de las casas.
Marchan alineados. Un hombre delante les dirige levantando los brazos. Las luces
de las farolas, con cierta timidez, alumbran el paso. De la Escuela se les unen niños,
los pocos niños del pueblo con sus Faroles o Antorchas de figuras humanas,
animales o llenas de imaginación espacial, iluminados por velas. Luces que desde
arriba sólo parecerán candelillas revoloteando la ribera del Moche, las mismas
luciérnagas que van dando destellos perpetuos de luces fantasmales. La banda de
música y los niños llegan al atrio de la Iglesia, allí les espera mucha gente, bailan, se
pasean mostrando lo mejor de sus antorchas, el Cura Sotelo, el Alcalde y el
Sargento eligen al ganador. Entonces, después de eso, empieza la fiesta. Mucha
gente de mezcla. Las cabezas saltan, todos los años es lo mismo.
La noche ha pasado tranquila. La gente despierta poco a poco. El olor a comida, el
humo que despiden las casas, el bullicio del los niños madrugadores, los borrachos
soñolientos, aún vomitando sus desgracias, las antorchas rotas de horas de trabajo,
las botellas de alcohol destrozadas, las camionetas, los automóviles y algún bus
mal aparcados en las calles, las luces de la única carretera aún sin apagar. Las
campanadas que llaman a misa de medio día. El pueblo despierta. Mucha gente va a
misa, otros tantos, a la gallera. Hoy no hay escuela, los niños salen a jugar. Patean
pelotas de cuero queriendo emular a su mejor futbolista. La algarabía que cada año
se repite. Ya es treinta. Y mañana será treinta y uno. Será cuando algunos cojan sus
burros con las alforjas vacías y sin coca qué mascar, para marcharse. Y otros aún
con la resaca de noches aciagas, cogerán sus camionetas o buses y lentamente se
despedirán y me abandonarán. Me dejarán vacío. Solo. Sin ningún ruido que me
despierte, sin cabezas qué mirar. Los pocos niños retornarán a la escuela. Algunos
vecinos morirán de viejo, o abandonarán sus casas, lo dejarán al cuidado de otros
vecinos, y cuando retornen cada año, la encontrarán más vieja, cuarteada, más fría
y sucia. Pero hoy es treinta y aún hay ruido. Las peleas de gallos, las carreras de
burros, la ginkana, la degustación de platos típicos, la misa, más peleas de gallos,
más ginkana, más ruido.

miércoles, 1 de mayo de 2013


Esta vez os mostraré qué resultado me ha dado trabajar con Lightroom 4, de una foto a color y convertirla en B&W. Sinceramente, Lightroom me ha dado mejores resultados que utilizar Adobe Photoshop CS6 y sus diferentes filtros, en este caso, Topaz B&W, aunque es un gran filtro, Lightroom me es más cómodo. Seguiré haciendo pruebas en ello. Pero para muestra un botón: Las primeras tomas son fotos editadas en Adobe Photoshop y las siguientes en Lightroom.


 

  




















                                                                               

Estas con Lightroom 4