sábado, 31 de enero de 2009

Narración

Hace un par de años, decidí ponerle voz a un cuento mío, y a modo de matar el tiempo me salió ésto. Bueno o malo, júzguenlo Uds.

sábado, 24 de enero de 2009

Colbert


Parece que el pasado se ha aprovechado de mí, y se ha instalado en mi cabeza. Aunque no sé por qué razón el pasado me atormenta, los recuerdos de cuando era aún niño lo tengo tan vivido y presente.
Aquellas tablas que padre tenía en su taller, nos servían a mí, a mis hermanos y a Colbert (que creo se escribe así) un amigo que tuvimos hace mucho, sí, desde la infancia, de cuando éramos unos críos, él era el "más" de todo, jugácemos a los barcos. Ahora no recuerdo quiénes eran sus padres. Si eran amigos de nuestros padres o no.
Pues robábamos esas tablas largas, como las de lavar, para hacernos unas "Lanchas" o barcos piratas, fungiendo de alguna manera, ser una especie de Jack Sparrow o por qué no, unos Jacque Cousteau. Esa escena la recuerdo, llenándonos de polvo; él iba a proa y yo me quedaba en popa, mis dos hermanos a estribor y a babor. Él, de pronto devisó una Isla enorme; el mar, conforme nos íbamos acercando a aquella extraña Isla, se tornaba más violenta. Colbert, con una mano como visera, nos indicaba como buen capitán para qué lado girar. Mis hermanos, el de Estribor y el de Babor, también capitanes, hacían lo posible por evitar que nuestro barco encallase. Yo también vi a aquella Isla, era hermosa, verde, entonces, seguimos. El mar se fue apaciguando conforme nos acercábamos a la playa, Colbert entonces decidió parar y bajar a echar un vistazo. Al fondo, en plena orilla, algo empezó a brillar, era algo grande, señalé entonces la dirección, todos giraron asustados y pensaron lo que yo por un momento. El mar de pronto se calmó, porque él lo quizo. Bajamos, justo cuando Madre y Padre nos llamaron a comer. Tal esfuerzo nos había provocado tanta hambre que ni Colbert y mis hermanos por ser capitanes, tuvieron el privilegio que Madre tuvo conmigo. Ah Madre. Ése fue el último día que le vimos. Pero su nombre nunca lo olvidamos.
Muchos años después, de allí (M.a.d) lo volvimos a ver una noche en la fiesta de mi pueblo, le reconocimos al instante, se le veía más alto y la cara de orfandad que tenía y del cual le había hecho popular entre todas las niñas y madres, había desaparecido. Una capa verde como de crema de aguacate le cubría la cara. Qué será de tu vida Colbert, ¿se escribirá tu nombre así? Bueno, para el que le reconozca, todos hemos conocido a uno en nuestra infancia.

sábado, 17 de enero de 2009

¿Y me preguntas qué es poesía? Poesía eres tú...

AYER ANDUVE…



Ayer anduve perdido por las calles de esta
Inefable ciudad.
Llamándote a gritos desesperados,
Buscándote por las soledades habitadas
Y sabiendo de antemano
Que no te iba a encontrar.

Ayer anduve perdido por las calles de esta
Inefable ciudad.
Conversando contigo,
Mirando tu sombra perderse
Debajo de mi ceguera marchita
Y te vas,
Porque no haz estado conmigo.

Ayer anduve perdido
Buscándote y tú ya no estás.








TUS OJOS



Cómo deseo mirar tus ojos nuevamente
Y ver reflejado en los tuyos
Una sombra estéril que se pierde en los míos.
Y tus pupilas me buscan,
Y yo te busco más,
Y tu sonrisa me llama,
Y yo te llamo más,
Y tus manos me tocan
Y yo te toco más…

Q.P.D.Y.D.G


Q.P.D.Y.D.G

Vuelve a la misma calle de siempre, se detiene. Mira los coches pasar raudos hacia su destino, él cree por un momento que está rompiendo con la rutina. La gente le pasa, le roza, le golpea, le dicen que avance, que no se quede parado estorbando el paso. Él mira sereno, tranquilo, cómo la gente casi corriendo van de un lado a otro. Entonces camina, cruza hacia el otro lado. Y allí parado, vuelve a contemplar. Los coches corriendo, la bulla, el cuchicheo, todo va deprisa. Así, piensa, moriremos temprano. Pero él no sabe que está muerto, que ha muerto hace seis días, que murió en la misma calle donde está parado atropellado por un coche. No lo sabe. Vuelve a cruzar.

domingo, 11 de enero de 2009

domingo, 4 de enero de 2009

Navidad en Quiguir

Son las Navidades del 2008, en Quiguir. Los niños disfrutando de una "Chocolatada" bien merecida. Allí los padres y sus maestros (2).






Días antes, los niños celebraron su fiesta de promoción con un almuerzo general.

sábado, 3 de enero de 2009

Vano Oficio

Antes de venir a España, en Perú seguía un programa que me gustaba mucho, pues este programa de TV. lo presentaba un joven melenudo de aspecto rockanllorero, su nombre Iván Thays y su programa: "Vano Oficio". Pues allí me enteraba de todo, de los nuevos escritores que empezaban a publicar en el Perú y de los ya conocidos en el mundo. Había días que presentaba uno que otro escritor español y eso me hacía tanta ilusión, recuerdo. Le tomaba tanta atención que a veces no sabía de lo que estaban hablando. Apenas estaba rondándome por la cabeza el hecho de ser como ellos. No creí que esto, lo de la Literatura, claro, me llegase a gustar tanto. Y así fue. Él, junto a un profesor, sin darse cuenta, me inocularon este veneno sin antídoto. En ése canal, el 7, el canal del estado, recuerdo también, seguir otro programa dedicado al cine, ay, otra de mis pasiones, pero eso lo contaré otro día.
A Iván Thays, lo segui hasta que viajé, y ya no supe más de él. O bueno sí, me enteré de la cancelación de su programa que duró tantos años y eso me apenó. Tuvo detractores como tantos, pero eso a mí me daba igual, a veces me preguntaba por qué la cultura o el arte te crea tanto problema.


Éste es Iván Thays:


De chico soñaba con ser diplomático y viajar por el mundo. Mientras no podía hacerlo, se internó en la ficción de los libros en busca de su propio universo, lleno de historias propias e inventadas. Su cable a tierra fue La Católica. Se graduó en Literatura y Lingüística. Hasta ahora ha publicado el libro de cuentos Las fotografías de Frances Farmer y las novelas Escena de Caza, El viaje interior y La disciplina de la vanidad. En 1998 resultó finalista del Premio Copé con el cuento La ópera gris y en el año 2001 su novela La disciplina de la vanidad fue finalista del Premio Rómulo Gallegos. Iván Thays (Lima, 1968), también ha hecho periodismo, es burócrata, dicta talleres de creación literaria y tiene un hijo precioso. Vano Oficio es su heroico programa que se transimite todos los martes en TNP, donde sigue soñando y persiguiendo universos. Su hijo tiene dos años, Andreas, se parece mucho a él y tiene sus ojos.

Obras

* Las fotografías de Frances Farmer, 1992
* Escena de Caza, 1995
* El viaje interior, 1999
* La disciplina de la vanidad, 2000
* Un lugar llamado Oreja de Perro 2008