sábado, 10 de mayo de 2008

Turismo

Samne (1ra parte)

Soy un Samneño, nacido en Trujillo hace treinta años. El último de cinco hermanos. El último de unos trillizos que vinimos al mundo en la Clínica Sánchez Ferrer. Aquellos que salieron en un periódico local de hace treinta años, los mismos que por causas de la vida, fuimos llevados y criados en éste pueblo. Mi nombre es Julio Lucio y soy de Samne.

Samne, pueblo agrícola y minero en su tiempo, valle hermoso, bañado por un río Moche que como arañazo zarpa su costado en épocas de lluvia, está ubicado a 35 km de Trujillo. Ahora le circunda dos carreteras que solas te saben llevar hasta él. Una, “la carretera vieja” y la otra, la que hace poco fue inaugurada, “la carretera nueva”, esa misma que te lleva a Otuzco, etc. Yo sigo añorando viajar en esa carretera polvorienta y de años, la que de niños nos llevaba a Trujillo. Esa misma que en los años 80’ casi desaparece por el “aluvión” provocado por El Niño. Sigo añorando oler el polvo, verlo cómo hurga el interior de la combi, camioneta o bus, cómo se introduce en nuestras narices y cómo sin darnos cuenta, nos lo llevamos dentro por algún tiempo. Ver esa carretera llena de piedrecillas que hacen saltar la combi, y que así poco a poco nos va llevando a nuestro destino. Curvas y más curvas, pasamos Shirán, Concón, Cushmún; divisamos a nuestra derecha Platanar, llegamos a lo que en su época fue un enorme restaurante, “Flores”, aquella protegida por esos enormes animales, sus perros. Casas, casas, y más casas. Llegamos a lo que es la comisaría de Samne a la izquierda y a su derecha, la Iglesia, aquella que protege de las inclemencias del tiempo a la Patrona del pueblo: Santa Rosa de Lima. Ya estamos en Samne. Casas a la derecha, casas a la izquierda. La carretera sigue hasta llegar a una cuerva casi cerrada en la que se bifurca, una llevándote al corazón del pueblo y la otra, perderse en la inmensidad de la serranía Liberteña: Casmiche, Paday o el Ángulo, Otuzco, Huamachuco, Santiago de Chuco, Julcán, Quiruvilca, etc.

Ya en el corazón del pueblo, caminamos, de cuando en cuando levantamos la mano, y no nos cansamos de hacerlo para saludar a nuestra gente. Hablamos un poco, nos ponemos de acuerdo para vernos más tarde. Caminamos, el aire es diferente, se nota, dentro sientes una enorme excitación inexplicable. Llegas a ahora al campo de futbol, antaño seco y descuidado, ahora cubierto por esa grama verde que le hace noble y bello. A nuestra derecha, el campito de fulbito, recinto de aquellas tardes de peloteo y peleas, culpable de aquellas noches de fiesta, música y cerveza. Al frente, mi casa. (continuará)



Julio Lucio

3 comentarios:

Anónimo dijo...

OHHH ESA CASITA DONDE UNOS DIAS ME HIBA DE VACACIONES Q BONITO SAMNE EN AGOSTO UFFF TANTAS ALEGRIAS TANTAS COSSA BONITAS Q PASAMOS

: : TRUPERSAM : : dijo...

bien eh con el "turismo" jeje a ver si comenta mas gente de samne city XD

Unknown dijo...

hola amiguito que gusto me dio leer sobre samne pero me quedo intrigada en que continuaras jejeje a ver si sigues y llegas a la casa de mi abuela de donde divisaba la tuya cuanto añoro aquellas epocas cuidate amiguito y sigue, lo haces super bien un beso