sábado, 24 de enero de 2009

Colbert


Parece que el pasado se ha aprovechado de mí, y se ha instalado en mi cabeza. Aunque no sé por qué razón el pasado me atormenta, los recuerdos de cuando era aún niño lo tengo tan vivido y presente.
Aquellas tablas que padre tenía en su taller, nos servían a mí, a mis hermanos y a Colbert (que creo se escribe así) un amigo que tuvimos hace mucho, sí, desde la infancia, de cuando éramos unos críos, él era el "más" de todo, jugácemos a los barcos. Ahora no recuerdo quiénes eran sus padres. Si eran amigos de nuestros padres o no.
Pues robábamos esas tablas largas, como las de lavar, para hacernos unas "Lanchas" o barcos piratas, fungiendo de alguna manera, ser una especie de Jack Sparrow o por qué no, unos Jacque Cousteau. Esa escena la recuerdo, llenándonos de polvo; él iba a proa y yo me quedaba en popa, mis dos hermanos a estribor y a babor. Él, de pronto devisó una Isla enorme; el mar, conforme nos íbamos acercando a aquella extraña Isla, se tornaba más violenta. Colbert, con una mano como visera, nos indicaba como buen capitán para qué lado girar. Mis hermanos, el de Estribor y el de Babor, también capitanes, hacían lo posible por evitar que nuestro barco encallase. Yo también vi a aquella Isla, era hermosa, verde, entonces, seguimos. El mar se fue apaciguando conforme nos acercábamos a la playa, Colbert entonces decidió parar y bajar a echar un vistazo. Al fondo, en plena orilla, algo empezó a brillar, era algo grande, señalé entonces la dirección, todos giraron asustados y pensaron lo que yo por un momento. El mar de pronto se calmó, porque él lo quizo. Bajamos, justo cuando Madre y Padre nos llamaron a comer. Tal esfuerzo nos había provocado tanta hambre que ni Colbert y mis hermanos por ser capitanes, tuvieron el privilegio que Madre tuvo conmigo. Ah Madre. Ése fue el último día que le vimos. Pero su nombre nunca lo olvidamos.
Muchos años después, de allí (M.a.d) lo volvimos a ver una noche en la fiesta de mi pueblo, le reconocimos al instante, se le veía más alto y la cara de orfandad que tenía y del cual le había hecho popular entre todas las niñas y madres, había desaparecido. Una capa verde como de crema de aguacate le cubría la cara. Qué será de tu vida Colbert, ¿se escribirá tu nombre así? Bueno, para el que le reconozca, todos hemos conocido a uno en nuestra infancia.

1 comentario:

Red devil dijo...

Creo que todos hemos tenido un Colbert al cual en muchas ocasiones recordamos por que con el o ellos estan parte de nuestra infancia una de las etapas de nuestra vida que quizieramos no terminaran jamas.

Saludos.